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Los malos tiempos para el algodón peruano parecen haber quedado en el pasado. Durante la campaña de siembra 2021-2022 se instalaron cerca de 10,000 hectáreas terminando así con tres décadas de contracción en la producción del norte y sur del país.
Para esta nueva campaña 2022-2023, que comienza este mes, la meta es más ambiciosa. La Asociación Nacional de Productores de Algodón (Anpal) afirma que se instalarán no menos de 12,000 hectáreas desde Piura hasta Palpa (Ica).
Este incremento responde a la alta demanda del sector textil y confecciones en el Perú, explicado por el aumento significativo de los pedidos de Estados Unidos y mercados de la Unión Europea (UE). Justamente, la Sociedad Nacional de Industrias (SNI) informó que solo entre enero y mayo de este año los envíos de dicho sector crecieron en más de 35% y se encaminaban a batir un nuevo récord este 2022.
“Estamos cubriendo la demanda de la industria nacional”, señala Elvin Palma, presidente de Anpal que en la víspera (3 de agosto) se reunió con el titular del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri), Andrés Alencastre, a quien solicitó que se ejecute la propuesta de una segunda reforma agraria en el sentido de mejorar la productividad de los cultivos y abastecer de urea a tiempo a los productores.
Y es que según detalló, en las zonas algodoneras de Chincha, Pisco y Cañete se fertiliza entre agosto y setiembre pero la urea adquirida por el gobierno todavía llegaría a mediados del próximo mes. Sin contar -anota el productor- que muchos agricultores de algodón todavía no han logrado inscribirse en el padrón que administra el Midagri para la entrega del fertilizante. Cabe indicar que la dependencia de fertilización del algodón es de casi un 30%.
El incremento en 20% de nuevas áreas de producción algodoneras de este año en comparación a la campaña anterior se explica, sobre todo, por el aumento de hectáreas en el sur del país. “En el sur nos hemos copiado del norte respecto a ampliar las áreas. Se ha sembrado casi un 20% más que en la campaña anterior en Cañete, Pisco y Chincha, aumentando el volumen de la variedad Tangüis, IPA y el híbrido Hazera”, señala Palma.
En la campaña anterior (2021-2022), Ica había registrado menos de 2,000 hectáreas de algodón sembradas mientras que en Piura se sembró 3,000 hectáreas; de este total, 2,000 fueron de la variedad Pima -reconocida a nivel mundial por su alta calidad-, y el resto de Pima 95, una fibra extra larga. En Lambayeque, de acuerdo a información del Midagri, también existía la intención de triplicar sus áreas de algodón respecto a la campaña 2020-2021.
En este escenario, con una alta demanda de parte de las fábricas textiles, la rentabilidad que está generando la producción de algodón es favorable. El precio del quintal de algodón rama ha oscilado entre S/ 310 y S/ 275 (antes el precio no pasaba de los S/ 250), mientras que la fibra se ha cotizado hasta en S/ 175.
Más allá de entablar alianzas con las fábricas peruanas de hilados y confecciones -para establecer contratos justos de compra y compromisos para mejorar la calidad del algodón-, los productores algodoneros apuntan a realizar exportaciones directas al mercado asiático a través de un convenio que buscan firmar con la industria algodonera de Brasil. Un paso que prevén alcanzar con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
“En la quincena de este mes viajaremos con la FAO a Brasil a un congreso algodonero, en el marco del Plan Nacional del Algodón al 2030, para hacer un convenio con algunas empresas brasileras y ver si hay otros mercados internacionales interesados en la calidad del algodón peruano”, declaró a Gestión.pe.
Cabe indicar que el Plan Nacional del Algodón contempla que al 2030, Perú cuente con al menos 100,00 hectáreas de algodón. Para Ica se estima que podría llegar a las 20,000 hectáreas, como en sus mejores épocas. Principales zonas productoras de algodón según variedad.
Fuente: Gestion.pe
